¿Qué es el TEL?
Trastorno específico del lenguaje (TEL) es la denominación que se da a
las dificultades de lenguaje observadas en niños con un desarrollo
típico en todas las demás funciones psicológicas y con una educación
normal, al menos en el momento de su identificación (3-4 años); después,
debido precisamente a este trastorno, se pueden alterar en cierta
medida dichas funciones y se pueden modificar los hábitos educativos del
entorno más cercano.Tampoco es debido el TEL a deficiencias
sensoriales. El atributo de _específico_ trata de describir esta
situación. La expresión TEL es una mala traducción de la expresión
inglesa _specific language impairment_, en la que la última palabra
significa simplemente limitación, no trastorno (_disorder_ en inglés).
Este error, ya irresoluble, es lo que ha conferido a la expresión
española (y portuguesa) un tinte dramático que no se compagina bien con
las formas leves del TEL (trastorno de programación fonológica, por
ejemplo, identificable con el tradicional retraso de lenguaje).
¿Es lo mismo Trastorno Específico del Lenguaje que Disfasia o que Retraso de Lenguaje?
Todos los niños con TEL han experimentado un retraso significativo y
evidenciable a los 2 años en la adquisición del primer vocabulario. Así
pues, el TEL se manifiesta inicialmente como un retraso. Las personas
que rodean al niño van ajustando su lenguaje a las posibilidades
lingüísticas del niño con TEL, y éste desarrolla a su vez mecanismos
compensatorios que le sirven para comunicarse con la herramienta
deficiente que tiene (su lenguaje). Esta dinámica va resultando en lo
que se denomina TEL.
La expresión retraso de lenguaje parece querer rebajar el dramatismo que
emana de TEL, y poner de manifiesto que la recuperación es fácil, e
incluso espontánea, y que la dimensión afectada es sólo la fonológica. A
veces se ha añadido a la palabra retraso el atributo de simple, aunque
no haya nada simple en un retraso que se prolonga durante años. (En este
sentido, ¿cuánto tiempo se llama retraso a un retraso?)
Y el término de disfasia se reservó para aquellas dificultades de
lenguaje que presentaban más resistencia a la intervención. Actualmente,
sin embargo, este término se aplica a deficiencias de lenguaje
consecuentes a daño cerebral o a condiciones cromosómicas y genéticas
peculiares. El lenguaje de un niño con síndrome de Down es una
disfasia, por ejemplo.
En conclusión, el TEL incluye las dificultades de lenguaje que se
denominaban retraso del lenguaje y disfasia. Todas estas dificultades
comparten las características del TEL. Y ésta es la etiqueta
diagnóstica que tiene una mayor aceptación internacional en el ámbito
científico y en el de la práctica logopédica. Sin embargo, es evidente
que el TEL, entonces, muestra una heterogeneidad considerable y que
debe, por tanto, diferenciarse formas distintas dentro de él.
¿Hasta cuándo hay que esperar para tratar el TEL?
No se debe esperar. La idea de que hasta los 4 ó 5 años no es
conveniente intervenir en este trastorno es errónea. Lo mismo que la
idea, transmitida frecuentemente en las escuelas, en los departamentos
de orientación y en las consultas pediátricas, de que ya se le pasará.
Si el desarrollo del lenguaje ha empezado con dificultades y no se
modifican las condiciones en las que este desarrollo se está
produciendo, no parece razonable esperar un cambio significativo en un
tiempo aceptable para los padres y para las demandas escolares.
Debe intervenirse desde el principio; en concreto desde que se detecta
un inicio tardío. Tras la necesaria evaluación, debe enseñarse a los
padres a poner en práctica estrategias que van a favorecer el desarrollo
del lenguaje. Y, si el niño está ya escolarizado, los profesores deben
ser agentes esenciales de la estimulación del lenguaje de ese niño. La
enseñanza de estas estrategias a padres y profesores debe hacerse
explícitamente, y los resultados deben ser evaluados regularmente, para
modificar, en su caso, las formas de intervenir. Existe una buena
cantidad de investigaciones que muestran qué estrategias son eficaces.
¿Cuáles son las causas?
Se conoce aún muy poco en relación a las causas del TEL. Los datos más
interesantes procedentes de la investigación hacen referencia a
limitaciones en la capacidad para identificar los sonidos de los que
consta el habla. Si se tiene en cuenta la velocidad a la que una persona
típica habla (6 sílabas por segundo, aproximadamente; es decir, de 10
a 20 sonidos por segundo), y que unos sonidos influyen a los adyacentes
modificándolos, y que esta cadena de sonidos es lo que oye un niño
desde que nace, y que de ella tiene que aprender a hablar, no es extraño
que una pequeña limitación en la capacidad para aislar, identificar y
memorizar estos sonidos y el orden en el que son emitidos tenga un
efecto determinante en la adquisición de las primeras palabras.
Tras esta primera dificultad, otras palabras con poca relevancia
perceptiva (como la mayoría de las palabras necesarias para organizar
las oraciones: preposiciones, conjunciones), que no se acentúan, van a
ser más vulnerables a esta limitación, con lo que tampoco la sintaxis se
va a desarrollar normalmente. Esto obliga al niño con TEL a poner en
marcha mecanismos compensatorios para lograr el éxito comunicativo en
sus interacciones, que pueden dar a su lenguaje carácter de trastorno,
de desviación respecto de lo que es típico.
Esta capacidad limitada para manejar segmentos breves de la cadena
hablada parece estar presente en el niño desde el nacimiento; por lo
tanto, puede hablarse de herencia. Los estudios llevados a cabo en este
terreno son aún pocos y restringidos a la genética poblacional. Falta
dar el paso a estudios de genética molecular. Pero, en cualquier caso,
hay evidencias de que es un trastorno que se hereda; en un 50-70% de los
niños con TEL se han encontrado antecedentes familiares con
dificultades similares.
Probablemente se trate de una herencia poligénica multifactorial.
¿Los niños que tardan en empezar a hablar son niños con TEL?
Trastorno específico del lenguaje (TEL) es la denominación que se da a
las dificultades de lenguaje observadas en niños con un desarrollo
típico en todas las demás funciones psicológicas y con una educación
normal, al menos en el momento de su identificación (3-4 años); después,
debido precisamente a este trastorno, se pueden alterar en cierta
medida dichas funciones y se pueden modificar los hábitos educativos del
entorno más cercano.Tampoco es debido el TEL a deficiencias
sensoriales. El atributo de _específico_ trata de describir esta
situación. La expresión TEL es una mala traducción de la expresión
inglesa _specific language impairment_, en la que la última palabra
significa simplemente limitación, no trastorno (_disorder_ en inglés).
Este error, ya irresoluble, es lo que ha conferido a la expresión
española (y portuguesa) un tinte dramático que no se compagina bien con
las formas leves del TEL (trastorno de programación fonológica, por
ejemplo, identificable con el tradicional retraso de lenguaje).
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